miércoles, 25 de julio de 2012

El alma en pena de Don Juan

Se dice que hace muchos años en la época colonial de México en Michoacán existía (o existe) un pueblo llamado De los Urdiales, allí vivía el administrador de la Hacienda del Quinceo, este hombre era don Juan de la Cadena Frigueros. Antes se usaba que muchos españoles venían a México a hacer fortuna, él era uno de ellos que, arruinado en su tierra natal, decidió viajar a la Nueva España (en ese entonces a Morelia Michoacán se le llamaba Valladolid) para tratar de recuperar lo perdido.
Este hombre consiguió trabajo en calidad de administrador, por don Pedro de la Coruña, conde de la Sierra Gorda. Don Pedro tenía una hija muy hermosa, a la que cuidaba como a la niña de sus ojos. Ella no salía si no era en carro y sólo asistía a los coros de la iglesia y a pocas tertulias. Quiso el destino entonces que el sr. don Juan de la Cadena pusiera sus ojos en ella, quedando locamente enamorado, pero como sus caudales ni su nobleza eran suficientes para pretenderla se dedicó a tratar de conseguir dinero ya fuera de forma legal o no, el chiste era conseguirlo a como diera lugar y así siendo rico hacerse merecedor de la mano de la hija de Don Pedro, hacía lo que fuera. Sembraba y cosechaba diversos productos que luego vendía más caros en el mercado, criaba y cebaba ganado para sacar más ganancia, cultivaba caballos Arabes que había traído de España y que en todas las ferias del país vendía a los mejores precios. Prestaba dinero a rédito bastante elevado quedándose luego con los ranchos o las casas que servían de garantía, en caso de que la gente no le pudiera pagar lo que le había prestado, pero lo peor de todo es que por mucho tiempo por esto o por aquéllo, había rebajado en las rayas de los peones de la hacienda que administraba medio real.
Al señor don Pedro le decía que aquel medio era un ahorro que cada peón quería hacer para casarse, curarse o satisfacer cualquiera otra necesidad que a lo mejor se ofreciese. Y enseguida aquel dinero iba a dar a la usura.
FinalmenteDon Juan de la Cadena logró hacer una gran fortuna, grande en verdad, y fue entonces que se animó a pedir la mano de la hija de don Pedro. Ésta le fue negada lo que provocó en Don Juan una depresión tal que lo llevó a la muerte.
Se dice que desde entonces por las noches su alma pena gritando "vengan por su medio" y así se queda como una hora hasta desaparecer en lo que fuera su casa, y de vez en cuando en las noches es cuando se deja oir ese grito. Yo pienso que fue porque robó mucho para lograr lo que quería y al no lograrlo lo que desea es regresar todo lo que se robó, de una u otra forma. Por supuesto nadie ha acudido a su llamado.


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