En 1578 el corsario
Sir Francis Drake descubrió la bahía de Guayacán, conocida popularmente como
bahía de la Herradura por la forma geográfica que toma.
Este lugar fue el
refugio y punto de reunión de muchos piratas entre los que destacan Thomas
Cavendish, Jorge Anson, Bartolomé Sharp, Eduardo Davis y John Hawkins, todos
ellos, incluyendo a Drake, expertos en asaltar y emboscar galeones españoles que
transportaban los tesoros y riquezas que eran llevados desde América a Europa.
Los hechos que se sucedieron en la bahía de Guayacán fueron tan extraordinarios
que llegaron a transformarse en leyenda, siendo los relatos de tesoros los más
conocidos.
Según cuentan uno
de esos barcos piratas, que cruzaban el Estrecho de Magallanes o daban la vuelta
por el Cabo de Hornos, dejaron enterrado un increíble tesoro.
Numerosas han sido
las excavaciones realizadas para tratar de encontrar las riquezas sepultadas en
algún lugar de la bahía de Guayacán. Pero los resultados han sido
infructuosos.
La tradición cuenta
que los corsarios del siglo XVII enterraron grandes tesoros. El objetivo de los
buscadores ha sido encontrar el tesoro y descubrir una mina de oro que fue
trabajada por los propios piratas.
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