Una familia se encontraba pacífica y feliz, pero entonces sufrió la muerte del padre de la casa, así fue como la madre y el pequeño se unieron para continuar sus vidas de la mejor manera posible. Ellos salieron adelante, pero con el tiempo fueron perdiendo la vida otros familiares y perdidos en tanto dolor es que a la madre del niño se le ocurre que sería una excelente idea crear un gran altar para poder homenajear a los muertos en su día, pero ella no lo haría dentro de la casa o en el garaje, sino que usaría la terraza para que sea enorme y muy importante.
Todos aquellos que conformaban la familia y que aún se encontraban con vida, iban directamente hacia el altar que esta mujer había construido para dejar allí sus ofrendas y así es como crecía cada vez más. Luego de un tiempo, todos se sintieron conformes con la obra de arte y homenaje que habían creado.
Fue así que llegó el 1 de noviembre y entonces ella escuchó una voz que la llamaba del otro lado de la ventana, por eso se levantó de la cama. De pronto comenzó a ver sombras en toda la casa, las vio en su habitación, en la ventana, en el living y todas le indicaban que vaya a la terraza. Ahí es donde fue y se encontró algo que le lleno el corazón de felicidad, ahí estaban todos los muertos a los cuales le había construido el altar disfrutando de todo lo que habían dejado para ellos.