En México era costumbre que los fieles llevaran regalos al niño Jesús durante la misa de Nochebuena.
Un chico llamado Pablo, estaba muy triste al no poder darle un obsequio al Niño Dios, era demasiado pobre y no tenía nada que ofrecerle, tras eso el niño se deprimió llorando en un rincón de la iglesia arrodillado, lloro amargamente. Las lágrimas resbalaron por su rostro y cayeron al suelo de la iglesia.
De repente, enfrente del, una preciosa planta empezó a crecer. Sus hojas eran de un rojo encendido, estaban dispuestas en forma de estrella en el mismo centro, un manojito de menudas flores amarillas la inundaban de luz.
Pablo supo que eso que acababa de suceder fue un regalo de Dios que le mando para que se lo ofreciera a su hijo recién nacido y feliz como nunca, depositó aquella estrella preciosa a los pies del Pesebre.
Así cuentan que pasó y que desde aquella noche la Poinsetti se vuelve roja en navidad.
martes, 30 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
El Escudo de Armas
Existe una leyenda referente al Escudo de Armas, el Doctor Regino F. Ramón escribió una historia sobre el estado de Coahuila que nunca se público pero que otro a su vez al leerla, transcribe un documento que se encontró en el Archivo de la Nación y que en la parte que interesa dice lo siguiente: que Urdinola, desde Saltillo mandó por el rumbo del oriente a Don Diego de Montemayor, quien emprendió la marcha el 22 de Agosto de 1555, hasta que llegó a una gran planicie donde corría un hermoso riachuelo a cuyas márgenes estaban acampadas numerosas tribus indígenas, seguramente eran lo ojos de agua de Santa Lucía, estos indios medios domesticados no eran belicosos. Al salir el sol practicaban una curiosa ceremonia, se formaban todos dando frente al oriente y al aparecer el astro del día por entre los picachos del cerro de la Silla, le disparaban sus flechas, no de una manera hostil, sino con cierta humildad y reverencia que indicaba ser un acto de homenaje y veneración.
Don Diego de Montemayor quedó tan impresionado que muchos años después, que fundó en ese propio lugar de la ciudad de Monterrey, pidió y le fue concedido por el virrey, que el emblema de la ciudad metropolitana fuera un sol sobre el cerro de la Silla, al que disparaba un indio sus flechas.
Sin embargo y haciendo caso omiso de lo anterior, lo que si puede asegurarse sin lugar a dudas, es que el escudo data de mediados del siglo XVII, pues en la carta que envío el Gobernador de Nuevo Reino de León. Don Nicolás de Azcárraga a la reina Doña Maríana de Austria el 29 de Septiembre de 1667 y en la siguiente de fecha 5 de Abril de 1669, le decía textualmente que la ciudad necesitaba de privilegio de armas y que se cediesen según el escudo que hubiese acostumbrado, lo que confirma que el blasón ya existía para entonces. Fuente: El Escudo de Armas
Don Diego de Montemayor quedó tan impresionado que muchos años después, que fundó en ese propio lugar de la ciudad de Monterrey, pidió y le fue concedido por el virrey, que el emblema de la ciudad metropolitana fuera un sol sobre el cerro de la Silla, al que disparaba un indio sus flechas.
Sin embargo y haciendo caso omiso de lo anterior, lo que si puede asegurarse sin lugar a dudas, es que el escudo data de mediados del siglo XVII, pues en la carta que envío el Gobernador de Nuevo Reino de León. Don Nicolás de Azcárraga a la reina Doña Maríana de Austria el 29 de Septiembre de 1667 y en la siguiente de fecha 5 de Abril de 1669, le decía textualmente que la ciudad necesitaba de privilegio de armas y que se cediesen según el escudo que hubiese acostumbrado, lo que confirma que el blasón ya existía para entonces. Fuente: El Escudo de Armas
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