viernes, 30 de marzo de 2012
Los primeros dioses
Los más antiguos mexicanos creían en un dios llamado Tonacatecuhtli, quientuvo cuatro hijos con su mujer Tonacacihuatl.El mayor nació todo colorado y lo llamaron Tlatlauhqui. El segundo naciónegro y lo llamaron Tezcatlipoca. El tercero fue Quetzalcóatl.El más pequeño nació sin carne, con los puros huesos, y así permaneciódurante seis siglos. Como era zurdo lo llamaron Huitzilopochtli. Losmexicanos lo consideraron un dios principal por ser el dios de la guerra.Según nuestros antepasados, después de seiscientos años de su nacimiento,estos cuatros dioses se reunieron para determinar lo que debían hacer.Acordaron crear el fuego y medio sol. pero como estaba incompleto norelumbraba mucho. Luego crearon a un hombre y a una mujer y losmandaron a labrar la tierra. A ella también le ordenaron hilar y tejer, y ledieron algunos granos de maíz para que con ellos pudiera adivinar y curar.De este hombre y de esta mujer nacieron los macehuales, que fueron lagente trabajadora del pueblo.Los dioses también hicieron los días y los repartieron en dieciocho meses deveinte días cada uno. De ese modo el año tenía trescientos sesenta días.Después de los días formaron el infierno, los cielos y el agua. En el aguadieron vida a un caimán y de él hicieron la tierra. Entonces crearon al dios ya la diosa del agua, para que enviaran a la tierra las lluevias buenas y lasmalas.Y así fue como dicen que los dioses hicieron la vida.
viernes, 23 de marzo de 2012
Milagro del diluvio
La leyenda nos relata que por el año de 1718 cayó en la ciudad una lluvia torrencial que duró 40 días e inundó gran parte de esta localidad. En ese entonces, afuera de la ciudad hacia el poniente, vivía una India tlaxcalteca esposa de un zapatero, que guardaba en su casa una imagen de la virgen de La Purísima y cuando las aguas desbordadas del río llegaron a ese barrio, se dice que la piadosa mujer acercó con fé la imagen al borde de las olas. Casi de inmediato, la corriente perdió fuerzas y se salvaron de la inundación aquella barriada y la ciudad también. Este milagro influyó para que esa mujer construyera una pequeña capilla que llamó casa de la virgen, donde las mujeres de esa época iban a rezar todos los sábados, aunque el lugar estaba fuera de la ciudad. Actualmente el templo que se encuentra en ese lugar refleja la arquitectura religiosa moderna de la ciudad.
viernes, 16 de marzo de 2012
El Amor, El individuo y La Pareja
Cuenta una vieja leyenda de los indios sioux que, una vez, hasta la tienda del viejo brujo de la tribu llegaron, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos -empezó el joven.
- Y nos vamos a casar -dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
- Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán.
- Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos.
- Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor -repitieron-, ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo... -dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé... es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa -dijeron los dos.
- Lo que sea -ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta... salgan ahora.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur... El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- Volaban alto? -preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Cómo lo pediste... ¿y ahora? -preguntó el joven- ¿lo mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No -dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne -propuso la joven.
- No -repitió el viejo-. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
- Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, "vuelen juntos pero jamás atados".
- Nos amamos -empezó el joven.
- Y nos vamos a casar -dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
- Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán.
- Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos.
- Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor -repitieron-, ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo... -dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé... es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa -dijeron los dos.
- Lo que sea -ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta... salgan ahora.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur... El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- Volaban alto? -preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Cómo lo pediste... ¿y ahora? -preguntó el joven- ¿lo mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No -dijo el viejo.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne -propuso la joven.
- No -repitió el viejo-. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
- Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, "vuelen juntos pero jamás atados".
martes, 6 de marzo de 2012
La cucaracha
Una mujer trabajaba en una oficina de correos en California. Un dia lamio los sobres y las estampillas en lugar de utilizar una esponja. Ese mismo dia se corto la lengua lamiendo un sobre. Una semana mas tarde noto una rara hinchazon en su lengua. Fue al medico, pero no encontro nada raro. Su lengua no estaba adolorida ni nada……
Unos dias mas tarde, su lengua comenzo a hincharse mas y le empezo a doler mucho mas, a tal punto que no podia comer. Regreso al hospital y exigio que le hicieran algo. El medico le tomo una radiografia de la lengua y noto una hinchazon. La preparo para una cirugia menor y cuando le abrio la lengua, una cucaracha viva salio arrastrandose. Habia huevos de cucaracha en la franja donde se sella el sobre. El huevo pudo encubarse dentro de la lengua debido a la saliva y estaba caliente y humedo…
Unos dias mas tarde, su lengua comenzo a hincharse mas y le empezo a doler mucho mas, a tal punto que no podia comer. Regreso al hospital y exigio que le hicieran algo. El medico le tomo una radiografia de la lengua y noto una hinchazon. La preparo para una cirugia menor y cuando le abrio la lengua, una cucaracha viva salio arrastrandose. Habia huevos de cucaracha en la franja donde se sella el sobre. El huevo pudo encubarse dentro de la lengua debido a la saliva y estaba caliente y humedo…
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