sábado, 24 de septiembre de 2011

La bala

En un pueblo de la ciudad de Guanajuato, cuando la iglesia toca exactamente las doce de la noche se crea como un punto de suspensión, pues nada se mueve, pero eso no es lo interesante

Cuentan que en tiempos de la independencia un coronel de la nueva España acorraló en frente de la capilla del pueblo a unos soldados. En ese momento eran casi las 12 de la noche, entonces uno de ellos se dispuso a disparar cuando de repente la bala se paró y por el contrario la bala se volteo y mató a el soldado español. Desde entonces siempre se tiene la costumbre de guardar un minuto de silencio cuando son las doce de la noche.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Loret Blackmen

Circula por la Red un popular cuento de terror basado en una leyenda real, titulado El Despertar que narra la resurrección de un no muerto un monstruo que fue enterrado como un cristiano para bloquear sus maléficos poderes, pero cuya resurrección fue profetizada. Concretamente, a los cien años de permanecer bajo tierra, volvería a la vida para recuperar su reino de terror. En este cuento hay una protagonista femenina: Marlene, la redactora de una revista de sucesos paranormales.



Esta joven periodista, en un rutinario rastreo por Internet, buscando historias descubrió la leyenda de Loret Blackmen, el vampiro. A menos de un día de su supuesta resurrección, la joven no pudo frenar su vocación periodística y, ni corta ni perezosa, decidió personarse en el lugar donde estaba enterrado el vampiro. Emocionada por la aventura en la que iba enfrascarse, convino invitar a su novio a que la acompañara. Éste, a regañadientes, aceptó el siniestro viaje, con la esperanza de que Marlene desistiera en el último momento.

De camino a la tumba de Loret Blackmen, la pareja se percató de que estaban adentrándose en un terreno yermo y abandonado, inimaginable en sus peores pesadillas. No obstante, continuaron con el viaje. Caía la tarde del día señalado, y la pareja se adentró con su coche en las profundidades el mismísimo infierno. En una bifurcación de la abandonada carretera, estos tomaron un sendero que los conduce a la entrada de un pueblo, cuyo letrero de bienvenida rezaba lo siguiente: Bienvenido a La Purísima Circulaban a poca velocidad, enmudecidos ante tal espectáculo: las fachadas de las casas estaban totalmente cubiertas de polvo, en el aire se respiraba la más absoluta soledad. Sin duda, parecía que se encontraban en un pueblo fantasma. Acordaron rastrear el lugar a pie. Al llegar a la plaza, un sonido atronador, el de una campana, los asustó. El sonido provenía de la Iglesia del pueblo. Siguieron el estruendo hasta la pequeña edificación. Allí se encontraron a unos pocos habitantes que escuchaban atentamente al sacerdote, quien rezaba por el alma de los presentes, ya que un terrible suceso estaba a punto de sucederse.

Tras unos quince minutos en silencio, los pocos habitantes se marcharon en procesión hacia el cementerio. La pareja se acercó al sacerdote y permanecieron allí, expectantes.

Al caer la tarde, los testigos de la resurrección del vampiro emitían gritos de angustia y lloraban de terror. Incluso alguno imploraba a Dios que no permitiera esa atrocidad. Tras unos instantes de inusitada calma, un bandada de cuervos emprendió un cruel ataque contra los habitantes del pueblo. Marlene, única superviviente, estaba petrificada por el pánico.

Finalmente, Loret Blackmen no se hizo esperar. Se levantó de su tumba, con su cuerpo putrefacto y con unas terribles ansias de chupar sangre. Tomó a Marlene como primera presa y la mordió en la yugular, recuperando las fuerzas a través de la sangre fresca. El novio de ésta, malherido, intentó atacar al vampiro, quien le atravesó al abdomen con una mano. El festín había acabado y el vampiro se retiró del lugar.

Pero no está solo. Tomó a Marlene como su compañera, y ésta camina junto a su sombra en la oscuridad de la nocheJuntos por toda la eternidad.

jueves, 8 de septiembre de 2011

El murciélago de colores

Una vez existió un hermoso murciélago. Era la criatura más bella de la creación, ya que en su afán por parecerse al resto de las aves, subió al cielo y solicitó al creador poseer plumas. Éste le contestó que tenía su permiso para solicitar a otras aves sus mejores plumas. Y así lo hizo. Se dedicó a pedir las plumas de aquellos especímenes más vistosos y coloridos.

Tras un tiempo de recolección, el murciélago lucía, ufano, su nuevo y espectacular aspecto. Revoloteaba por toda la tierra recreándose en su imagen. Incluso, en una ocasión, con el eco de su vuelo provocó un maravilloso arco iris. Todos los animales lo observaban fascinados por su deslumbrante imagen. No obstante, los halagos comenzaron a hacer mella en él. La soberbia se apoderó de su raciocinio. Miraba con desprecio al resto de las aves, a las que consideraba inferiores a él por su belleza.

Percibía que ningún otro animal estaba a su altura. Hasta reprochó al colibrí que no eran tan agraciado como él. Consideraba que no existía otra cualidad más importante que no fuera el aspecto físico. El resto de aves se sentían humilladas ante el vuelo del murciélago. Su continuo pavoneo se hizo insoportable para todo el reino animal, y sus ofensas llegaron a oídos del creador. Éste decidió intervenir.

Tras observar la actitud del bello murciélago, lo hizo llamar y subir al cielo. Éste se sintió halagado al verse requerido por el ser supremo y su ego se elevó con él. Ante la presencia del creador, comenzó a aletear con una alegría desbordada. Aleteó una y otra vez, desprendiéndose, inconscientemente, de todas sus bellas plumas.

De pronto, se descubrió desnudo, como al principio de los tiempos. Avergonzado, descendió a la tierra, refugiándose en las cuevas y negándose la visión. Durante días, llovieron plumas de colores que éste no quiso observar, procurando olvidar lo hermoso que un día fue. Desde entonces, el murciélago vivió recluido en la oscuridad, lamentando su egoísta actitud.